¿Qué se entiende por inseguridad?
En materia de seguridad o en su defecto de inseguridad, es indispensable partir de un pensamiento que analice esta problemática como situaciones relacionales que están pautadas por distintos tipos de mecanismos de protección/desprotección. En este sentido, se nos impone un interrogante de manera indefectible ¿En la sociedad actual es posible proteger a todos sus miembros, o al menos, a su gran mayoría? Para lograr este objetivo ¿qué mecanismos se tendrían que poner en juego?

Según el sociólogo francés Robert Castel hay distintos factores que intervienen en el fenómeno de inseguridad, y en principio para tratar de acercarnos a ellos primero debemos establecer una diferenciación entre seguridad civil y seguridad social, considerando además que ambas instancias se encuentran entrelazadas en esta problemática. Ahora bien, ¿cómo es que hace efectiva cada una de ellas?
Para garantizar la seguridad civil, es necesario que funcionen mecanismos destinados a asegurar las protecciones civiles de las personas, es decir, aquellas vinculadas a las libertades fundamentales y a la seguridad de sus bienes. Mientras que la seguridad social, sólo es posible alcanzarla si funcionan mecanismos que aseguren las protecciones sociales y el funcionamiento de redes de seguridad. Entendiendo por protecciones sociales a aquellas vinculadas a las condiciones materiales de existencia de las personas, y por redes de seguridad al entramado de instituciones sanitarias y sociales (asistencia social, educación, salud, previsión social, etc.) que tienen por finalidad mejorar la calidad de vida de la población. De modo que las soluciones a esta compleja problemática requieren poner en práctica una estrategia que comprenda diferentes tácticas orientadas a satisfacer las demandas de seguridad civil y de seguridad social.
Así lo demuestra el informe realizado por la especialista Lauren-Brooke Eisen (What caused the crime decline?) según el cual en las últimas tres décadas se ha producido un descenso del delito en los Estado Unidos. Dicha investigación pone de manifiesto que profundizar las políticas de encarcelamiento masivo no representa una solución eficaz al problema de la inseguridad. Este resultado ya había sido anunciado a mediados de los años setenta por el filósofo francés Michel Foucault en una investigación sobre la prisión: “Las prisiones no disminuyen la tasa de la criminalidad: se puede muy bien extenderlas, multiplicarlas o transformarlas, y la cantidad de crímenes y criminales se mantiene estable o, lo que es peor, aumenta”.
En cambio el informe revela que mejorar la gestión policial a partir de la utilización de sistemas informatizados y las nuevas tecnologías de comunicación produce efectos positivos en la prevención de los delitos, constituyendo uno de los factores en la disminución de la delincuencia de las ciudades, es decir, en hacer efectiva la seguridad civil. Por otra parte, también señala que existen “ciertos factores sociales, económicos y ambientales que también desempeñaron un papel en la caída del delito”, por lo que recomienda la aplicación de medidas que mejoren las oportunidades económicas y la calidad de vida de los sectores más vulnerables. Lo que en otros términos podríamos decir que se tratan de intervenciones políticas destinadas a efectivizar la seguridad social.
En consecuencia, la novedad que presenta el informe consiste en destacar la necesidad de encontrar posibles soluciones a la problemática de la inseguridad pero ya no centradas en el incremento de la represión y la reclusión masiva, sino más bien en el trabajo de prevención mediante la utilización de nuevos dispositivos tecnológicos y en el mejoramiento de las condiciones de vida de los grupos sociales más desfavorecidos. Dos caminos a ser considerados en el futuro diseño de políticas públicas en materia de seguridad.